Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.
La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras.
Rousseau
Hay un respeto que es funcional el respeto a lo que hacemos
y no se basa en el temor sino en el cariño que le dispensa uno
Cada pequeña actitud de la vida debe guardar respeto
respeto por lo correcto, respeto por lo cordial
respeto por lo justo, respeto por el trabajo ajeno
quien no lo tiene no vale nada y lo sabe
Hay un respeto que se basa en la convivencia
cuando ese respeto se rompe, no se recupera, se pierde
y es ahí donde podemos pensar cuanto nos respetamos realmente
y nos respetamos si tenemos principios valederos
y los mantenemos a cualquier costo porque ese
es el respeto por uno mismo, el primero de los respetos
Hay un respeto que se basa en el sacrificio
en el sacrificio de las actitudes correctas y se adquiere solo con trabajo
y se podría decir que es el mas difícil y el mas preciado
porque el respeto por el prójimo es el marco de nuestra convivencia
donde las barreras no son los elementos de poder
son elementos de comprensión que necesitamos compartir
Hay un respeto que se da y se recibe si uno es justo
es el respeto mas importante que se puede recibir
un respeto que no tiene cargas de compromisos
que no tiene amigos, solo acciones que demuestran
cuanto es lo que uno vale y que es realmente lo que vale
y eso es lo que valoran quienes nos aman y quienes aman la justicia
el respeto de los justos, ese sobrevive al hombre
El respeto es el mejor de los caminos, no el más popular
ya que el respeto no se tuerce, se da por sentimiento
ya que el respeto no se inventa se tiene por acciones
ya que el respeto no se compra ni se vende ni se paga
se adquiere, ese es el respeto, es lo valioso
y es lo que muchos querrían tener y no tienen
El respeto tiene enemigos, la soberbia la vanidad
el acoso, la envidia, el poder desenfrenado
que creen tener algunas personas por sobre las otras
pero que solo es momentáneo, es el juego pasajero del poder
pero el respeto es mas que poder, no es vanidad
no es egoísmo, se va adquiriendo por la razón
se va profundizando por la admiración
Y todos aquellos que lo pierden, pierden lo más valioso
que vale la pena mantener, y es aquella gente que es capaz
de tener respeto, que es la única que sobrevive a la larga
porque si no tenemos respeto por lo que hacemos
si no tenemos respeto por lo que somos y por los demás
el único respeto que nos tienen los demás es por lo que le damos
que en verdad no es respeto es interés y complacencia
mientras se lo demos, después no somos nada, no valemos nada
y eso no es respeto es conveniencia y es momentánea
Si nos respetan no somos miserables ni gente de cuidado
si nos respetan no hablan detrás diciendo … es de cuidado
si nos respetan tenemos amigos, tenemos lo mas grande
a aquellos que no nos pagan por lo que le damos
a aquellos que nos respetan por lo que somos
y ese respeto es el mejor de los regalos, ese es el respeto
muchos confunden el miedo y la conveniencia
pero no nos olvidemos que el respeto a la larga triunfa
solo hay algo que podemos hacer dar respeto, siempre vuelve.
Los errores son tiestos que tirar a los demás,
los aciertos son nuestros y jamás de los demás.
Cada paso es un intento de pisar a los demás,
cada vez más violento es el portazo de los demás.
Las verdades ofenden si las dicen los demás,
las mentiras se venden cuando compran los demás.
Somos jueces mezquinos del valor de los demás,
pero no permitimos que nos juzguen los demás.
Apagamos la luz que por amor a los demás,
encendió en una cruz el que murió por los demás;
porque son ataduras comprender a los demás,
caminamos siempre a oscuras sin pensar en los demás.
Nuestro tiempo es valioso pero no el de los demás,
nuestro espacio es precioso pero no el de los demás.
Nos pensamos pilotos del andar de los demás,
donde estemos nosotros que se aguanten los demás.
Condenamos la envidia cuando envidian los demás,
cuando lo nuestro es desidia que no entienden los demás.
Nos creemos electos entre todos los demás,
seres pluscuanperfectos con respecto a los demás,
olvidando que somos los demás de los demás.
Que tenemos el lomo como todos los demás,
que llevamos a cuestas unos menos y otros más.
Vanidad y modestia como todos los demás,
y olvidando que somos los demás de los demás.
Nos hacemos los sordos cuando llaman los demás,
porque son tonterías escuchar a los demás.
Tildamos de manía al amor por los demas,
y a veces se nos olvida que Él murió por los demás.
¿Qué puedo yo hacer por los demás? Animarlos, sostenerlos; apoyarlos y edificarlos como el Señor lo demostró;
porque Él, sin pensarlo, sí pensó en los demás!
No quiero hundirme nunca en el pozo del egoísmo y la vanidad, como cuando no conocía la Verdad. Bastante egoísmo hay en el mundo, bastante vanidad a nuestro alrededor. Creo que este día, y todos, son grandes oportunidades para pensar en los demás. Animarlos, sostenerlos, fortalecerlos y sobre todo amarlos, como Él nos ha amado. Día tras día pensamos y oramos por Ustedes, y también por los demás. (I Tesalonicenses 5:11).
Porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad del hombre.
Todo está en el estado mental.
Porque muchas carreras se han perdido antes de haberse corrido, y muchos cobardes han fracasado, antes de haber su trabajo empezado.
Piensa en grande y tus hechos crecerán.
Piensa en pequeño y quedarás atrás.
Piensa que puedes y podrás.
Todo está en el estado mental.
Si piensas que estás aventajado, lo estás.
Tienes que pensar bien para elevarte.
Tienes que estar seguro de ti mismo, antes de intentar ganar un premio.
La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte, o el más ligero, porque tarde o temprano, el hombre que gana, es aquél que cree poder hacerlo.
Rudyard Kipling
Y me llega como si alguien me hablara:
- Desecha lo que no es verdad en ti y encontraras la verdad.
- ¿Y cómo? -pregunto.
- Sencillo –escucho-, muy sencillo. Por ejemplo, ¿existe la fealdad?
- No -le digo. No, porque son puntos comparativos de gustos personales y producto de las personas que sufren o padecen del egocentrismo en extremo. ¡Pobres, su vida es desventurada!
- ¿La pobreza existe?
- No, porque tengo lo necesario. Es real. Realidad, certeza, veracidad de que no me falta nada, nada; de que tengo todo, todo para vivir: tengo talento, habilidad, inteligencia, gracia, cuerpo, manos, amor, deseos, y todo, todo. No falta nada. Estoy capacitado, soy rico en todo para disfrutar de todo.
- ¿Eres pequeño o grande?
- Mi vida y mi existencia no se miden con pequeñeces o grandezas, soy yo y no hay parámetros. Simplemente Soy Yo. Lo que opinen los sabios es su verdad, ¡no la verdad¡.
Y escucho estas citas:
O sea, usamos las mismas palabras sin saber qué significan y las interpretamos según nuestra sabiduría humana, haciéndonos sabiondos a nosotros mismos conociendo que usas las palabras que oíste a otro que tu consideras sabio.
A través de las palabras mal usadas cada persona edificó su vida y se hicieron su torre altísima, hasta el cielo. Por eso crees que "solo tú" lo sabes que solo tú lo puedes ¡Tu eres tu dios! Y te has hecho famoso por tus desvaríos calenturientos de tu vida sin orden que obedece a ¡tus palabras!...
Dios baja a ti y eso te confunde: su palabra es verdad y no le entiendes...
En ese instante ya no edificaste tu vida con base en tus palabras. ¡Te perdiste!
Nadie se entiende, y de esta forma se te encamina a buscar la verdad y a no creer a todas esas palabras que utilizan los hombres, no para comunicarse entre sí, no, no, no... sino para juzgarse y lastimarse mutuamente y a sí mismos. Te repito: te lastimas a ti mismo, te auto-devaluaste.
Entonces dices que las palabras son mentiras. Pregunto: ¿Existe, la arrogancia, lo tonto, lo perezoso, lo inútil, lo bajo, lo corriente, el rechazo, lo mediocre, el fracaso, la depresión, la grandeza, el triunfo, los complejos, lo indigno, el padre malo, el hijo desobediente, la madre asesina, el incapacitado, el impotente, los bajos instintos (acaso hay instintos medios y altos), el desorientado, el insignificante, la mala suerte, el que no fue a la escuela, el divorciado, el ignorado, el tímido, la infelicidad, la ilusión, la valentía, la ignorancia, lo gordo, lo bonito, lo alto, la clase, el color, el lugar de residencia, el lugar de nacimiento, el trabajo, el cuerpo, el estudio, la estatura, el vestido, el trauma, el adulterio, la drogadicción, el alcoholismo, la neurosis, la adicción, la vanidad, el ocultismo, la brujería, Satanás, guía de humano, libros de superación, secta, noticiarios, tele, y radio, internet, música, aceptación, dependencia, idea, placer, vividor, manipular, religión, inepto, miedo, ira, celos, resentimiento…?
Todo esto y casi todo lo que dicen los hombres es lo que tú has creído como verdad y construiste tu vida con base en la existencia de las aseveraciones de estas palabras en ti, por eso estas confundido. Al buscar la verdad en ti ya no creerás en todas esas palabras formuladas por los hombres, y podrás distinguir la diferencia: las palabras-mentiras de los hombres te han causado dolor, angustia, pena, congoja, tristeza, etc., etc. Y has comprobado que las palabras de los hombres no son verdad, son puntos de vista (...) personales, y que al no ser verdad has vivido siempre en la mentira. Tu vida es una mentira, la vida la construiste por mentiras, para mentir, y para mentirte, has luchado por cosas y para cosas que son mentiras y no logras construir nada, no puedes nada y no tienes nada, pues tu fundamento es la mentira de los hombres y para construir vida los hombres ¡no saben la verdad!
Pregunto: Ya encontré la mentira, construí mi vida con base falsa y ¿qué fue lo que pasó?. ¡Yo no quería esto!
Me llega. Lee estas citas:
La piedra que desechas es Dios y Dios es la verdad, Dios es la vida, construiste tu vida sin ocupar a Dios, que es lo fundamental en todo, por eso en tu construcción están todas esas palabras que dicen los hombres que existen y no está Dios, no construyes con amor, cariño, paciencia, gracia, plenitud, ciencia de vida, fortaleza, templanza, piedad, fe, esperanza, caridad.
Hoy distingues la diferencia de vida, te has convertido; ves la vida que tuviste siguiendo las palabras de los hombres y la que hay en ti ¡con Dios!...
Ahora te escucho: mi vida la construí con palabras no verdaderas y ahora sé que la palabra que construye vida está en Jesús. Y Jesús es el camino de la vida a través de la verdad. Con su palabra verdadera se construye todo. Sé que no le tenía aprecio y hoy soy libre al conocer la diferencia de mi vida sin las mentiras que creí y al creer en las verdaderas palabras de Jesús. Jesús me ha liberado de todas esas cárceles que construí despreciando la verdad y siguiendo las mentiras... lo escucho cuando le dice a la Magdalena:
El me enseña que Él es mi hermano, que su Padre es mi Padre y su Dios es mi Dios. Y los hombres me dijeron todo lo contrario, no hubo uno solo que no me condenara y que no me juzgara... También lo escucho diciendo:
Ya no tendré maestros humanos, mi Dios me enseñara.
Y Jesús termina diciendo
Sí, escuchaste bien: Dice Tú... Sí, Tú (te señala), sígueme.