sábado, 17 de abril de 2010

Me da que pensar

¿Qué es la verdad?

Para encontrar la verdad
pregunté ¿cómo le hago? La he buscado durante toda la vida y en todo: en los libros, en las personas, en el cielo (astrología), en los sabios, en, en, en… y no la encuentro o la encuentro a medias. Escucho frases, cantos y hasta poemas, pero son exactamente eso: frases, cantos, poemas. Y la verdad, no la -encuentro-. Sí, muchos tienen su verdad y todos proclaman la verdad. Pero yo busco la verdad clara, una que la pueda ver, sentir, vivir; una que me libere de este mundo falso lleno de las verdades de sabios humanos, inútiles, absurdos, irracionales, cortos, estériles, vanos y demás fauna. Sí, escribí fauna, o sea, animales no clasificados en ninguna especie que dicen "decir" verdades.


Y me llega como si alguien me hablara:

- Desecha lo que no es verdad en ti y encontraras la verdad.
- ¿Y cómo? -pregunto.
- Sencillo –escucho-, muy sencillo. Por ejemplo, ¿existe la fealdad?
- No -le digo. No, porque son puntos comparativos de gustos personales y producto de las personas que sufren o padecen del egocentrismo en extremo. ¡Pobres, su vida es desventurada!
- ¿La pobreza existe?
- No, porque tengo lo necesario. Es real. Realidad, certeza, veracidad de que no me falta nada, nada; de que tengo todo, todo para vivir: tengo talento, habilidad, inteligencia, gracia, cuerpo, manos, amor, deseos, y todo, todo. No falta nada. Estoy capacitado, soy rico en todo para disfrutar de todo.
- ¿Eres pequeño o grande?
- Mi vida y mi existencia no se miden con pequeñeces o grandezas, soy yo y no hay parámetros. Simplemente Soy Yo. Lo que opinen los sabios es su verdad, ¡no la verdad¡.

Y escucho estas citas:

  • (gn 11,1.) ...Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras...

O sea, usamos las mismas palabras sin saber qué significan y las interpretamos según nuestra sabiduría humana, haciéndonos sabiondos a nosotros mismos conociendo que usas las palabras que oíste a otro que tu consideras sabio.

  • (gn 11,4.) Después dijeron: vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en el cielo, y hagámonos famosos, por si nos desperdigamos por toda la faz de la tierra....

A través de las palabras mal usadas cada persona edificó su vida y se hicieron su torre altísima, hasta el cielo. Por eso crees que "solo tú" lo sabes que solo tú lo puedes ¡Tu eres tu dios! Y te has hecho famoso por tus desvaríos calenturientos de tu vida sin orden que obedece a ¡tus palabras!...

  • (gn 11, 6) ...Todos son un pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra ahora nada de cuanto se propongan les será imposible...

Dios baja a ti y eso te confunde: su palabra es verdad y no le entiendes...

  • (gn 11, 8) Y desde aquel punto los desperdigó Dios por toda la faz de la tierra, y dejaron de edificar la ciudad...

En ese instante ya no edificaste tu vida con base en tus palabras. ¡Te perdiste!

Nadie se entiende, y de esta forma se te encamina a buscar la verdad y a no creer a todas esas palabras que utilizan los hombres, no para comunicarse entre sí, no, no, no... sino para juzgarse y lastimarse mutuamente y a sí mismos. Te repito: te lastimas a ti mismo, te auto-devaluaste.

Entonces dices que las palabras son mentiras. Pregunto: ¿Existe, la arrogancia, lo tonto, lo perezoso, lo inútil, lo bajo, lo corriente, el rechazo, lo mediocre, el fracaso, la depresión, la grandeza, el triunfo, los complejos, lo indigno, el padre malo, el hijo desobediente, la madre asesina, el incapacitado, el impotente, los bajos instintos (acaso hay instintos medios y altos), el desorientado, el insignificante, la mala suerte, el que no fue a la escuela, el divorciado, el ignorado, el tímido, la infelicidad, la ilusión, la valentía, la ignorancia, lo gordo, lo bonito, lo alto, la clase, el color, el lugar de residencia, el lugar de nacimiento, el trabajo, el cuerpo, el estudio, la estatura, el vestido, el trauma, el adulterio, la drogadicción, el alcoholismo, la neurosis, la adicción, la vanidad, el ocultismo, la brujería, Satanás, guía de humano, libros de superación, secta, noticiarios, tele, y radio, internet, música, aceptación, dependencia, idea, placer, vividor, manipular, religión, inepto, miedo, ira, celos, resentimiento…?

Todo esto y casi todo lo que dicen los hombres es lo que tú has creído como verdad y construiste tu vida con base en la existencia de las aseveraciones de estas palabras en ti, por eso estas confundido. Al buscar la verdad en ti ya no creerás en todas esas palabras formuladas por los hombres, y podrás distinguir la diferencia: las palabras-mentiras de los hombres te han causado dolor, angustia, pena, congoja, tristeza, etc., etc. Y has comprobado que las palabras de los hombres no son verdad, son puntos de vista (...) personales, y que al no ser verdad has vivido siempre en la mentira. Tu vida es una mentira, la vida la construiste por mentiras, para mentir, y para mentirte, has luchado por cosas y para cosas que son mentiras y no logras construir nada, no puedes nada y no tienes nada, pues tu fundamento es la mentira de los hombres y para construir vida los hombres ¡no saben la verdad!

Pregunto: Ya encontré la mentira, construí mi vida con base falsa y ¿qué fue lo que pasó?. ¡Yo no quería esto!

Me llega. Lee estas citas:

  • (mc 12, 10)
    … La piedra que los constructores desecharon,
    en piedra angular se ha convertido;

La piedra que desechas es Dios y Dios es la verdad, Dios es la vida, construiste tu vida sin ocupar a Dios, que es lo fundamental en todo, por eso en tu construcción están todas esas palabras que dicen los hombres que existen y no está Dios, no construyes con amor, cariño, paciencia, gracia, plenitud, ciencia de vida, fortaleza, templanza, piedad, fe, esperanza, caridad.

Hoy distingues la diferencia de vida, te has convertido; ves la vida que tuviste siguiendo las palabras de los hombres y la que hay en ti ¡con Dios!...

  • (hch 4, 11-12) El es la piedra que vosotros, los constructores, habéis despreciado y que se ha convertido en piedra angular. Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos...

Ahora te escucho: mi vida la construí con palabras no verdaderas y ahora sé que la palabra que construye vida está en Jesús. Y Jesús es el camino de la vida a través de la verdad. Con su palabra verdadera se construye todo. Sé que no le tenía aprecio y hoy soy libre al conocer la diferencia de mi vida sin las mentiras que creí y al creer en las verdaderas palabras de Jesús. Jesús me ha liberado de todas esas cárceles que construí despreciando la verdad y siguiendo las mentiras... lo escucho cuando le dice a la Magdalena:

  • …Pero vete a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre a mi Dios y vuestro Dios (jn 20, 17)

El me enseña que Él es mi hermano, que su Padre es mi Padre y su Dios es mi Dios. Y los hombres me dijeron todo lo contrario, no hubo uno solo que no me condenara y que no me juzgara... También lo escucho diciendo:

  • (jn 6, 45)

    Serán todos enseñados por Dios.
    Todo el que escucha al Padre
    y aprende,
    viene a mí

Ya no tendré maestros humanos, mi Dios me enseñara.

Y Jesús termina diciendo

  • … Tu sígueme (jn 21, 22.).

Sí, escuchaste bien: Dice Tú... Sí, (te señala), sígueme.

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